jueves, 6 de marzo de 2014

Desastre macaronil

 Hace un par de días se me ocurrió que ya era hora de probar a hacer macarrons, esos dulces a base de harina de almendras que están tan buenos y tan de moda. Buenos, pues entre pitos y flautas, cogí un libro que mi madre oportunamente me había regalado unos meses atrás y... FAIL!! está en inglés! pero nooo ese no era el problema, el problema eran dos tipos de azúcar que no había oído en mi vida. Bueno, la verdad es que me vino bien el trabajo de investigación. Cuestión, que ya puesta con la receta intercambié un par de ingredientes con esto de ir leyendolo en inglush y claro, la masa un desastre, llena de grumos y al hornear todas las tapitas rotas :(

 La verdad es que a pesar de lo malísimo de su apariencia quedaron muy ricos, y resultó que a mi marido, que por cierto es Rumano, no solo le encantaron, sino que eran unos dulces de su infancia de los que curiosamente me había estado hablando ese mismo día, rotitos los llamaba él (pricomigdale), lo cual me dió una pista de lo complicados que deben de ser si ya a su madre, que es pastelera y cocina de maravilla, le salían siempre rotos. 
¿Ahora que me queda? pues comprar más harina de almendra, hacerlo bien esta vez y contaros si esta receta es la adecuada, y por supuesto si lo consigo, colgarme la medalla de súper nuera ;)

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